Fantástica noche de prosa, poesía y nostalgia en los espacios de Corp Banca Centro Cultural.
“¡Yo aprendí a vivir con melancolía por SERRAT; eso sí, una melancolía feliz!
Leonardo Padrón, en relación al Tributo a Joan Manuel Serrat.
Sala de Conciertos Centro Cultural Corp Banca. Sábado 30 de junio, 2012.
Una velada inolvidable. Singular, Llena de recuerdos, golpes y versos. SERRAT, “El Poeta de lo Cotidiano” recibió un sentido tributo en la Sala de Conciertos del Centro Cultural Corp Banca, los días sábado 30 de junio (8:00pm) y domingo 01 de julio (6:00pm). Leonardo Padrón y Cristóbal Guerra obsequiaron sus relatos llenos de anécdotas e historias sobre el músico catalán al público, junto a una pléyade de artistas quienes, bajo los magistrales arreglos de Álvaro Paiva y 7 músicos de lujo, interpretaron una treintena de canciones del artífice de Cada Loco con su Tema, durante 2 horas y media.
Nana Cadavieco.
El gran ausente de la velada fue RAFAEL “El Pollo BRITO, quien, a pesar de haber sido anunciado formalmente y estar incluido en el programa, no se presentó para interpretar “Señora”, uno de los temas del repertorio. Cabe destacar que ninguno de los vocalistas ejecutó la pieza que da nombre al tributo.
Pedro Castillo.
Hoy puede ser un buen día
Pedro Castillo, Ilan Chester, Nana Cadavieco, Daniela Bascopé, Leonard García, José Alejandro Delgado, Arístides Barbella, Mariaca Semprún, Henry Martínez, Miguel Ángel Bosch, Corina Peña, Amarillys Pérez, Fabby Olano, Betzayda Machado, Guillermo Carrasco, Luz Marina, Yordano y Soledad Bravo, fueron los encargados de recrear piezas inmortales del repertorio del compositor catalán, junto a músicos de la talla de Rodner Padilla (Bajo,
Pedro Castillo abrió fuegos con dos temas: “Hoy puede ser un buen día” y “Me gusta todo de ti”.
Su fina estampa, muy a lo Serrat, aunado al tono sobrio de su vestimenta (completamente de negro), e indiscutible calidad interpretativa, marcaron el inicio de la sentida travesía musical. Acto seguido, Leonardo Padrón, reconocido hombre de letras, ofreció sus impresiones sobre el legado artístico de Serrat, bromeando con el hecho de no cantar, al decir “tranquilos, que no voy a cantar”, generando las consabidas risas de los presentes, citando posteriormente al músico catalán “Nunca es triste la verdad, solo que no tiene remedio”. Los Macarras de la Moral “La banda sonora de nuestras emociones” continuó su viaje tras los acordes de “Y El Amor”, a cargo de Ilan Chester, quien expresó que Serrat es “genial en la pluma y también en la melodía”.
Su fina estampa, muy a lo Serrat, aunado al tono sobrio de su vestimenta (completamente de negro), e indiscutible calidad interpretativa, marcaron el inicio de la sentida travesía musical. Acto seguido, Leonardo Padrón, reconocido hombre de letras, ofreció sus impresiones sobre el legado artístico de Serrat, bromeando con el hecho de no cantar, al decir “tranquilos, que no voy a cantar”, generando las consabidas risas de los presentes, citando posteriormente al músico catalán “Nunca es triste la verdad, solo que no tiene remedio”. Los Macarras de la Moral “La banda sonora de nuestras emociones” continuó su viaje tras los acordes de “Y El Amor”, a cargo de Ilan Chester, quien expresó que Serrat es “genial en la pluma y también en la melodía”.
Ilan Chester.
Nana Cadavieco.
Álvaro Paiva.
El músico de Venezuela vistió la pieza junto a Álvaro Paiva en la guitarra, obsequiando un lucido performance, a pesar de no poder solventar la amplificación de su teclado, por lo cual se vio imposibilitado de ejecutarlo. “Los Macarras de la Moral” fue el tema seleccionado por Nana Cadavieco quien, vestida con una creación con claro estilo vintage de los 50 en estampado blanco y rojo, combinada con plataformas negras de patente, ofreció una sentida visión del polémico tema, breve, concisa y precisa, aún cuando el tono escogido estaba por debajo de su rango vocal. Cerca del final de la tonada, al elevar el registro, dejó a muchos espectadores con ganas de escuchar un poco más de la canción.
Daniela Bascopé.
Fantastic
Por su parte Daniela Bascopé revisó la emotiva “Detrás de la Gente”, con un vistoso sobretodo color rojo escarlata, al mejor estilo londinense. Le siguió en el programa Arístide Barbella (Malanga), deconstruyendo “Tu nombre me sabe a Yerba” en clave funky, para beneplácito de todos. Luego llegó al escenario Leonard García, con su look impecablemente desenfadado, blazer de colores claros y blue jeans, para atreverse a cantar “Seria Fantastic” en catalán. Un buen experimento, sin duda.
Acto seguido, la prosa de Serrat invitó a la audiencia a viajar a Estambul, tras los sentidos acordes de “Con el corazón en la voz”, esta vez a cargo de José Alejandro Delgado. Enseguida se adicionó al festejo sonoro Miguel Ángel Bosch, encargado de revisitar el poema Elegía, de Miguel Hernández, uno de los más emotivos de la noche, así como la archiconocida Mediterráneo, en clave asincopada.
Fiesta
La Novicia Rebelde Mariaca Semprún ejecutó con su atinada voz “Sinceramente Tuy@”, mientras que Corina Peña abogó porque “todos los seres fabriquemos mil formas diferente de ser iguales” para prender la “Fiesta” en los corazones de los presentes, contando en los coros con Mariaca y Miguel Ángel. Posteriormente, Fabby Olano obsequió una tonada de ensueño, al interpretar la cautivadora “Ruiseñor”.
El poeta venezolano Henry Martínez ofreció dos temas: De vez en cuando la vida” y “De Cartón Piedra”. El prolífico compositor dio vida a estas gemas del cancionero popular hispanoamericano, demostrando mayor solvencia en la primera de ellas. Amarillys Pérez llegó a la tarima para unirse al grupo de trovadores con la conmovedora “Si la muerte pisa mi huerto”, acompañada por Henry en la guitarra.
Estando aún el sentimiento a flor de piel, le tocó el turno a Luz Marina Anselmi de fundirse en la sentida “Lucía”, además de sumergirse en los magistrales arreglos de Paiva, concebidos especialmente para la ocasión, al punto de despojar la natural melancolía de “Aquellas pequeñas cosas” y sustituirla por una cadencia más alegre, sin desvirtuar su esencia.
Otras interpretaciones colosales estuvieron a cargo de Guillermo Carrasco y Betzayda Machado. El primero brindó las notas de “La mujer que yo quiero” y “Como un gorrión”, con Henry Martínez en los coros. Machado, por su parte, estremeció las fibras más sensibles con su portentoso registro vocal y su sabor afro-venezolano en “Tocando Madera”, una de las mejores versiones del tributo. En los coros la respaldaron Corina, Miguel Àngel y Mariaca. Cabe destacar que la descarga de batcusión ejecutada por Diego “El Negro” Machado es de antología, sin duda.
Luz Marina.
Yordano.
Penélope
Penélope
Yordano Di Marzo relató su anécdota con el músico catalán, evocando el episodio de en que conoció al “Bob Dylan latinoamericano” en Caracas, de la mano de la “temible” María Gómez, empresaria del show biz latinomericano “culpable de haber traído la magia de Serrat a Venezuela”, Cristóbal Guerra dixit, quien posteriormente manifestó su visión sobre el poeta, alegando que estaba “presente en cada butaca de la sala”. Desde su despiste al intercambiar Lp’s con él y no pedirle un autógrafo, hasta su hazaña de que Serrat “abriese” un concierto suyo en la Plaza Bolívar de Bogotá (Colombia) ante 60.000 personas, fueron el telón de fondo ideal que preparó la escena para dos joyas: “Donde quiera que estés” y “Penélope”, elevando el nivel emocional a la estratosfera.
Soledad Bravo.
Palabras de Amor
Lo mejor aún estaba por venir. Si la historia de la chica que se quedó esperando a su amado con el bolso marrón en mano fuese insuficiente, las cálidas “Palabras de Amor” darían el resto. Una Soledad Bravo llena vitalidad y energía estremeció a la audiencia con su fulgurante voz, rica en cadencias y matices. Con Alberto Lazo en el teclado, Soledad cautivó a propios y extraños con “Romances de Curro el palmo” y la solemne “Cantares” (Caminante no hay camino) poema de Antonio Machado que adquirió un nivel excelso en esta versión.
Cantares
El ensamble acompañó –o intentó hacerlo- en los coros de “Cantares”, para cerrar con broche dorado la memorable jornada, con visuales de Serrat en las pantallas de diversas épocas.
Un reticente Yordano se hizo de rogar, y apareció casi al final, generando el consabido reproche de Soledad, aún cuando todo quedó en sana paz. Al final del cuento, las voces se amalgamaron para alzar las alas de una larga travesía, donde el hilo conductor fue la prosa y la poesía.
Y quedó demostrado que, a pesar de todo, sí HAY UN CAMINO. ¿Será transitado por todos al fin? La respuesta, citando a Bob Dylan, queda flotando en el aire. Eso sí, mientras tanto, la esencia de Joan Manuel Serrat viajó unos cuantos kilómetros para dejar su estela entre nosotros. ¡Bravo! 
Imágenes de soporte: B.O.D Corp Banca / Coveralia.com / Serrat.com (Cortesía).
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