Dios Salve a La Reina

La famosa banda Tributo a QUEEN presentó este miércoles 23 de noviembre un espectáculo inolvidable en el Teatro Teresa Carreño, junto a Capital V.

En plena celebración de los 30 años de las actuaciones de QUEEN en Venezuela, y coincidiendo hoy 24 de noviembre con la conmemoración de los 20 años del sensible fallecimiento de su vocalista, Freddie Mercury, la agrupación tributo a QUEEN Dios Salve a la Reina regresó exitosamente al país, de la mano de Profit Producciones, para ofrecer dos conciertos memorables: el martes 22 de noviembre en el Hotel Venetur de Valencia y este miércoles 23 en el Teatro Teresa Carreño.

Pablo Padín, vocalista de Dios Salve a La Reina en 3D,

captado por el lente Diverso.

La Sala Ríos Reyna se vistió de fiesta y nostalgia con la magnífica actuación de Dios Salve a La Reina, recreando magistralmente el repertorio y puesta en escena de la legendaria agrupación británica QUEEN, con un despliegue de luces, vestuario, sonido de primera y recursos audiovisuales que emularon fielmente a la banda original. Capital V, agrupación venezolana compuesta por 5 de los importantes músicos venezolanos tuvieron el honor y la responsabilidad de anteceder a Dios Salve a La Reina, recibiendo un cálido respaldo del público presente.

C A P I T A L V

Capital V: Misión Cumplida

Luego de superar un retraso considerable, el espectáculo finalmente inicio su curso con el performance de Capital V, a las 8:35pm. La banda de 5 músicos, conformada por César Orozco (Teclados), Hugo Fuguet (Guitarra), Rafael Greco (Saxos), Rodner Padilla (Bajo) y Adolfo Herrera (Batería), hicieron gala de su virtuosismo al presentar 5 temas clásicos del pop-rock mundial en clave de fusión jazz, funk y rock con su estilo propio, versionando piezas de Steve Wonder, Los Beatles, Sting, Jimi Hendrix y The Police. Sencillos al vestir, casi todos enfundados en blue jeans y franelas azul y negra, salvo el tecladista (Orozco) quien lució un sweater verde oliva con pantalón kaki, el quinteto supo ganarse el respeto e interés de la variopinta audiencia, conformada por gente de todas las edades y estratos socioeconómicos, sin ningún distingo.

César Orozco (Teclados) y Rodner Padilla (Bajo).

Rafael Greco (Saxos).

Adolfo Herrera (Batería).

Entre notas, semitonos y bemoles transcurrió el magnífico recital ofrecido por el grupo, sorteando “a pesar de todo”, Adolfo Herrera dixit, ciertas fallas en la microfonía que fueron superadas hacia el final de su destacada participación.

Los músicos interactuaron con el público, que supo responder con palmas y vítores, cautivando al auditorio con clásicos como “Superstitious” (Wonder), “Come Together” (The Beatles) y “Message In a Bottle” (The Police Feat. Sting), piezas en las que descargaron todo su feeling y destreza instrumental. “Muchísimas gracias por venir esta noche y disfrutar de nuestra música, nosotros nos lo estamos gozando muchísimo”, expresó un emocionado César Orozco ante la cálida respuesta del auditorio.

D I O S
S A L V E
A
L A
R E I N A

One Vision

El esperado inicio del show, que tuvo un preludio de antología con una proyección en pantalla de imágenes en retrospectiva de la historia de QUEEN y su célebre visita al Poliedro de Caracas en el mes de septiembre de 1981, así como la desaparición física de Freddie Mercury en 1991, 3 placas de luces multicolores, ubicadas en el cielo del escenario en clara alusión a la puesta en escena de comienzos de los 80 fueron el marco ideal para trasladar la máquina del tiempo a épocas maravillosas, con los temas “One Vision”, “Under Pressure”, originalmente grabado por QUEEN junto a David Bowie (1981), “Radio Gaga” del álbum The Works (1984) y la mítica “Somebody To Love” (1976), con Pablo Padín, sentado frente al piano en su rol de Mercury.

Play The Game

El nivel de euforia de la audiencia fue aumentando al calor de cada una de las clásicas melodías interpretadas excepcionalmente por Dios Salve a La Reina. Pablo Padín (voz), Francisco Calgaro (guitarra), Ezequiel Tibaldo (Bajo), Matías Albornoz (batería), revivieron con acierto el matiz y tenor de cada canción ejecutada. La emblemática chaqueta amarilla corta, la sudadera de franjas rojas y blancas, los clásicos zapatos tennis Adidas y los lentes oscuros Ray Ban, aunado a sus ademanes, quiebre de caderas, así como la impostación de la voz, cantada y hablada, devolvieron al escenario, cual acto de magia, la estampa y escena del colosal Freddie Mercury.

Uno a uno, cual mantras sonoros, fueron ejecutadas las piezas inmortales “Play The Game” (1980), “Fat Bottomed Girls” (1978), precedida por un scat vocal de Padín jugando con el público, al mejor estilo Mercury) “Seven Seas of Rhye” (1974), “Crazy Little Thing Called Love” (1979) y “Another One Bites The Dust” (1980), en la que Padín usó un gorro blanco con cuernos negros e invitó a todos a bailar, logrando llenar de luz, color y efervescente entusiasmo a la Sala Ríos Reyna.

A King of Magic

Luego de decir “Thank You”, Padín visitó “A Kind Of Magic” (1986), valiéndose de la proyección en las pantallas de las imágenes en cartoons del video original, cerrando la primera parte del show con “I Want It All” (1984), tras anunciar a Calgaro con la siguiente frase: “Ladies and Gentleman: Brian May”.

Pablo Padín, ejecutando el piano.

Francisco Calgaro, Guitarrista, de Dios Salve a La Reina, en pleno performance.

El guitarrista se lució con un excepcional solo de guitarra, que demostró su calibre como instrumentista. Padín regresó a escena enfundado en una anatómica malla blanca y chaqueta del mismo color, con un rayo negro en el reverso y un cinturón rojo a la cadera, para interpretar “Save Me” (1980), y la emotiva “Love Of My Life” en formato acústico junto a Calgaro, la cual fue respondida con fervor por el público. “Absolutely better”, dijo Pablo en son de aprobación.

I Want To Break Free

Lo mejor estaba por venir. “Killer Queen”, del álbum Sheer Heart Attack (1974), “Keep Yourself Alive”, con un descollante solo de batería de Matías Albornoz, y “I Want To Break Free” (1984), electrizaron a la audiencia, la cual alcanzó el frenesí con la presencia de Padín ataviado con una malla roja spandex de tiras negras, top rosado con robustos pezones incluidos y una peluca, que se quitó posteriormente, en clara referencia al clásico video del tema. El delirio llegó al despojarse del top para quedar con el pecho al descubierto, haciendo que los presentes se rindieran a sus pies.

Pablo Padín hizo gala de sus dominio vocal y escénico.

Matías Albornoz (al fondo) en la batería.

Ezequiel Tibaldo, en el Bajo.

Francisco Calgaro (guitarra), emulando magistralmente a Brian May.

The Show Must Go On

Acto seguido Pablo exclamó lo siguiente: “Thank You, Caracas. This is the last song. We Love You”, para dar paso a la gloriosa “Bohemian Rhapsody”, del LP A Night At The Opera (1975) como falso final. Una ovación de pie y los frenéticos gritos del público hicieron regresar al cuarteto al escenario, para cerrar con broche de oro su impecable actuación con la premonitoria pieza “The Show Must Go On” (Innuendo / 1991), esta vez con la exhibición en pantalla de imágenes claves en la carrera de Mercury y luces rojas como telón de fondo.

God Save The Queen

“We Will Rock You”, seguida de “We Are The Champions”, ambas pertenecientes al álbum News Of The World (1977), sonaron como verdaderos himnos, levantando de sus asientos a un emocionado público que las coreó al unísono y con las palmas respectivas.

Las banderas de Argentina y Venezuela, fusionadas en una sola, exhibidas por Padín durante su performance llevaron al cenit a la audiencia, quien regresó a escena con el resto de los músicos, sonando los acordes del canto patriótico del Reino Unido “God Save The Queen”, con la corona y capa real como atuendo de lujo. Sin duda, una noche inolvidable, que permanecerá grabada con tinta indeleble en los corazones de las miles de almas asistentes al concierto. Dios Salve a La Reina… Amén.