MARIO SUDANO:

Puro Teatro

Por Carlos Medina

Producto de nuestra asistencia a la rueda de prensa, convocada con motivo del estreno de la obra de teatro UN CUARTO PARA LOS DOS, actualmente en cartelera con rutilante éxito de taquilla en el Centro Cultural Corp Banca, junto a la grata compañía de sus protagonistas: Ana María Simon y Rafael “Pollo” Brito, tuvimos el placer de entrevistar a su director, el también actor de teatro y TV, Mario Sudano:

Tomando en cuenta que es una obra tiene un contexto duro, que se escenificó en la Alemania de comienzos del siglo XX, y que fue censurada (1912) y finalmente fue puesta en escena (1920), ¿Qué opinión te merece el adaptarla a un contexto tan diferente al alemán como el venezolano y si tuvieron alguna dificultad en el ínterin?
Bueno, no hay nada de que escandalizarse, primero que todo. El escándalo que pudo producir la obra de Schnitzler en su época no produciría ningún tipo de escándalo hoy en día para una sociedad en la que, ya existe el cine, la televisión y se ha familiarizado con el uso de Internet y otros medios.

Mario Sudano, el tercero a bordo en este “menage-a-trois” teatral, nos dice al respecto de su rol de director:
“Ser un tercero en “Un Cuarto Para Los Dos” es fascinante, fácil y a veces imposible.
Fascinante porque cada escena cautiva, engancha e incluso intimida el espectro de desarrollo de las relaciones humanas que cualquier mortal ha visto e incluso vivido.
Fácil porque a veces es menos difícil ver la soledad de afuera, el cariño miserable, la limosna del amor y la intransigencia de dos seres antes y también después de sus relaciones íntimas, porque a veces uno no sabe si hicieron el amor o qué.
Imposible porque casi siempre viendo este proceso, viviendo las situaciones que ocurren en “Un Cuarto Para Los Dos” es imposible no llorar, no estremecerse y no disfrutar de eso que vive el encuentro y el desencuentro de los seres humanos en pareja.”

Háblanos de la incursión por vez primera de Rafael Brito en las tablas. ¿Cómo has percibido la experiencia?

El hecho actoral es indistinto de la experiencia. Es de naturaleza instintiva, y se nos muestra a veces insegura, es cuestión de apreciación. Hay una zona de confort, en la que se logra la confianza entre el actor y el director, que es clave en el proceso creativo. “El Pollo” me decía, “recuerda, yo no soy actor” y resulta que nos salió como de 100 años de experiencia, ¡Ja, ja, ja! Lo asume como si tuviese un oficio propio y aprendido. No creo y no he creído nunca en la subestimación, por lo tanto, en este proceso he tratado al “Pollo” y a Ana María por igual. Pienso que eso le da una seguridad a aquel que no conoce, y en este caso, el “Pollo” no conocía, y había muchas cosas de las él tenía que enterarse, y de hecho, tuvo que adentrarse, meterse de frente en el proceso, no tenía de otra. Y en mi opinión, va a salir airoso. En su caso, hablamos no como niños, sino de forma adulta, tajante. ¿El costo? No tiene oficio ni metodología, no sabe estudiar un personaje de la forma clásica. Pero no hay un método único, es personal, para desdoblarse “El Pollo” tiene capacidad de conexión envidiable, es orgánico e inteligente. Sabe hacer transiciones.

Es bien sabido que la mayoría de los montajes teatrales cuentan entre sus elencos con gente del mismo gremio, que se conocen y son amigos. ¿Cómo haces para diferenciar las funciones de “amigo” y “director” en este montaje en particular?
Las cuestiones sobre cómo se desarrollan los procesos, en mi caso, no es diferente si es amigo, amiga o no. Las llamadas a botón y las funciones las delimitas desde el principio. Con mis alumnos suele ser un proceso divertido, no soy conformista, mas bien soy exigente, demasiado hasta doler, eso de la confusión entre educandos y director.

¿Cómo has manejado la innegable química que existe entre ambos actores, Ana María y Rafael?
Me he mostrado lo más objetivo posible, procuro no ser invasivo. Es cuestión de ritmo, lo fui dejando que fluyera. La química entre los dos incide en que se muestren más relajados. Ana es la del instinto maternal, es la mamá preocupada de todo, y por todos nosotros.

¿Cómo llega este texto (La Ronda, de Arthur Schnitzler) a Uds.?
Ana fue quien lo descubrió. Lo guardó durante cinco años y me lo hizo llegar. Nunca lo había leído. Sabía de su trayectoria, pero no me considero un erudito. ¡Ja, ja, ja!

¿Qué expectativas tienes con respecto a la obra y la respuesta del público?
En la obra la gente podrá verse como en un espejo. Está concebida para toda gente adulta, no por arquetipo, sino por los matices de la relación, frescura e irresponsabilidad al manejar las emociones y las relaciones. Para jóvenes y adultos de amplio espectro.

Es bien sabido el éxito obtenido en Broadway por el director venezolano radicado en Estados Unidos Moisés Kaufmann, quien se radicó allá huyendo de la intolerancia de su entorno y en aras de expandir sus horizontes. ¿Has pensado en la internacionalización?

¡No me quita el sueño la internacionalización! Las cosas en este medio se dan por ser constante en el trabajo. Hace unos años atrás decía: ¿Trabajar en TV, yo, en ese medio tan superficial? Me dije, bueno, ¡Qué de pinga! Me consiguieron hacer una prueba y la pasé. Fue para Cosita Rica (C-4, 2003-2004), como un secuestrador. Inicialmente eran 3 capítulos, pero estuve hasta el final. Luego vino el Comisario Bracho en El Amor Las Vuelve Locas (2005); y así entro en el staff de Venevisión. Y en 2006-2007 estuve en Voltea Pa’ Que te Enamores con un personaje de malandro que gustó mucho. Mi mayor deseo en esta área es dirigir en TV.

¿Y qué me dices del cine?
El cine me encanta. He hecho algunos cortos, pero espero algún día rodar mi primer largometraje y para ello tengo una propuesta en firme. Por lo pronto sigo con la compañía y clases de teatro junto con mi esposa.

¿Actor favorito?
Morgan Freeman (Antes de Partir, 2007)

¿Actriz favorita?
Kathy Bates en Misery (1991)

Muchas gracias, Mario
Gracias a Ustedes.

Mucha suerte y éxito para tí
Igualmente.

Así finalizó nuestra conversación con el director Mario Sudano, haciéndole honor a lo mejor del emblemático tema compuesto por el maestro Tito Curet Alonso especialmente para LA LUPE, este hombre es Puro Teatro, del bueno, del esencial, del que perdura en la memoria colectiva. Sin dudas un personaje interesante, con un enfoque profesional visionario y de vanguardia, un personaje diverso…